Una nueva investigación sugiere que lo que comemos puede afectar el resultado de la quimioterapia, y probablemente muchos otros tratamientos médicos, debido a los efectos de onda expansiva que comienzan en nuestro intestino.

Científicos de la Universidad de Virginia encontraron que la dieta puede hacer que los microbios del intestino desencadenen cambios en la respuesta del huésped a un medicamento de quimioterapia. Los componentes comunes de nuestra dieta diaria (por ejemplo, los aminoácidos) podrían aumentar o reducir tanto la eficacia como la toxicidad de los fármacos utilizados para el tratamiento del cáncer, encontraron los investigadores.

El descubrimiento abre una nueva e importante avenida de investigación médica y podría tener implicaciones importantes para predecir la dosis correcta y controlar mejor los efectos secundarios de la quimioterapia, informan los investigadores. El hallazgo también podría ayudar a explicar las diferencias observadas en las respuestas de los pacientes a la quimioterapia que han desconcertado a los médicos hasta ahora.

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